martes, 4 de diciembre de 2007

Al final conseguí hablar con ellos y hacerme una foto

Fiesta vip

Me voy a la fiesta organizada por Stolichnaya con la sensación de que el concierto no ha estado a la altura . A los platos están los miembros de Mendezt, que en otras ocasiones han sido teloneros de la banda en España. Me encuentro con bastante gente que ni siquiera ha ido al concierto y no saben quienes son los Arctic. Decepcionante.



Ante la incredulidad del guitarrista Jaime Cook, logro fotografiarme con el batería del grupo, Matt Helders.

Los Arctic llegan a la fiesta. Los primeros cinco minutos pasan desapercibidos. Yo me dirijo a hablar con ellos. Un gorila, de tres metros, me quita al cantante literalmente de las manos cuando ya le estaba contando lo del blog . Él la verdad parecía poco interesado. Está muy pálido. Yo juraría que no le ha dado el sol en los diez últimos años. No opone resistencia a que el tipo me trate como escoria.


Cuando el gorila se despista logro hacerme esta foto con el batería. Le felicito por el concierto porque me da impresión de que no tiene la suficiente madurez como para encajar un crítica sin llamar a su segurata. No olvidemos que tiene veinte años y lleva dos rodeado de éxito, dinero y chicas. Mi acompañante le dice que la batería era lo que mejor se escuchaba y que su sonido lideraba totalmente el concierto. Él parece complacido, le sonríe y le estrecha la mano. Se empieza a correr el rumor de que están en la fiesta y la gente empieza a rodearles. Alex da órdenes al segurata de que nadie se les acerque. Les ponen en una mesa apartada y se sientan como si la fiesta no fuese con ellos.



Voy al baño. Unas auténticas pijas del Barrio Salamanca me preguntan muy educadamente, es o es lo que tiene ser pija, si les puedo decir quienes son los Arctic. Me dicen que vienen dispuestas a todo. Yo flipo. Les pregunto si han estado en el concierto. Me dicen que no y se colocan sus melenas rubias detrás de la oreja. Yo me temo que a ellas no les van a motivar nada los miembros del grupo. Les digo que son poco accesibles y que no están buenos. "No perdáis el tiempo hay chicos más guapos en la fiesta", les digo. También pienso que el look pijo de perlas y melena alisada jamás triunfaría en esta situación, y mucho menos si se dan cuenta que no tienen ni idea de quienes son. Vanidad les sobra. Por más que lo intento no acabo de entender la relación Arctic-pijo que se da durante toda la noche...



Vuelvo a la fiesta e intento aprovechar que la bebida es gratis y que las copas están muy caras en Madrid. Los Arctic siguen en su mesa. Yo pienso: "Si yo tuviera veinte años, una de las bandas más importantes del planeta, y estuviera de gira en otro país no estaría con esa actitud "Emo" y con cara de deprimido. Pero bueno, ellos son así. Son ingleses. Del norte, donde el clima es casi tan frío como ellos.
Al final decido dejar la fiesta e irme al Low, donde se reunió gran parte del público del concierto. Me voy con la sensación de que no son para tanto y de que es tiempo de madurar y dejar el fenómeno grupie para las nuevas generaciones. O para quién la falta de carisma y actitud le parezca interesante.

No fue para tanto


Siento haber tardado tanto en contar como el fue el tan esperado concierto de los Arctic, pero una terrible infección de garganta, me ha mantenido apartada de cualquier tipo de actividad...

El concierto

Bueno, pues resumiendo mucho yo diría que, aunque a una gran fan como yo le cueste reconocerlo, no fue para tanto. Llegar, tocar y marchar. Así fue.

Para empezar el sonido fue penoso, como ya es habitual en la Riviera. El concierto corto y con un repertorio mal elegido y mal colocado. La actitud del grupo nula. Aunque esto ya es una actitud en sí misma, demostrar que lo que haces te gusta y que éste "gig" es más que un puro trámite, nunca está de más.
Para los que íbamos con tantas expectativas, decepcionaron. Para los que iban a ver que se encontraban, estuvieron correctos. Eché de memos canciones como Mardy Bum o 505. Cada minuto que pasaba esperaba que el grupo se fuera calentando y diese un poco más de espectáculo. Con I bet you look good on the dancefloor y Brainstorm hicieron brincar hasta al más sereno de los asistentes. Fake tales of San Francisco fue para mi el climax del espectáculo. Uno de los pocos momentos donde el grupo me pareció digno de admiración.

Lo que no se puede negar, aunque sean unos niñatos ingleses a los que todavía les cueste afrontar el éxito y la fama, es que tocan bien, su batería es increíble (practica boxeo para poder golpear el instrumento con la suficiente fuerza) y a Alex no le falla la voz. Después de ochenta minutos de canciones enlazadas, en las que apenas hubo espacio para los aplausos, pusieron punto y final. El público pidió más pero el grupo no salió. Cuando acabaron mi amigo Pepe me dijo: "Suenan mejor en un vídeo de Youtube".

El público

Una mezcla de pijos, indies, hooligans ingleses con banderas de Inglaterra borrachos como cubas, entendidillos musicales, y quinceañeros, que agradecieron mucho que fueran tan puntuales porque así podían estar a las 11 en casa.

Los teloneros

Estuvieron muy bien. Sonaban mejor que los monos árticos y cumplieron muy bien con su misión de calentar el ambiente. Se llaman Reverend And The Makers, son también de Sheffield. Muy recomendables.

De todos modos, sigo estando muy agradecida. Si hace un mes me dicen que voy a ver a los Arctic y que incluso voy hablar con ellos, no me hubiera creído. Y bueno, a pesar de todo siguen siendo gran banda...Ya estoy esperando la próxima vez para comprobar que lo del viernes fue un mal día.